La familia cristiana

20 mar 2019 / 11:30 H.

Durante el pasado fin de semana, he podido participar en varios actos en los que la familia ha estado muy presente. El viernes por la noche, en la parroquia de El Salvador en Jaén con ocasión de su XIII Semana de la Educación Familiar, orar con la música del grupo Mabelé fue una experiencia muy gratificante. El sábado por la tarde, la Delegación Diocesana de Familia y Vida celebró en la parroquia de Santa María Magdalena de Jaén el III Encuentro Diocesano de Novios, al que asistieron numerosos jóvenes que se están preparando al Sacramento del matrimonio y con los que pudimos compartir formación, oración, una chocolatada y una visita romántica por el casco antiguo de nuestra capital. Y el domingo por la tarde fue en la parroquia de la Santa Cruz de Pegalajar, en la que un grupo de matrimonios estuvimos hablando de construir familia, construir el mundo. Todas estas actividades tenían un objetivo muy claro: estimular y fortalecer matrimonios cristianos. Evidentemente, no son las únicas, pero estas son las que yo he podido disfrutar en estos días. En general, la familia está bien valorada y entre los jóvenes es la institución más prestigiosa, pero hay que apoyarla mucho más. No quiero concretar en qué debe consistir ese apoyo y ayuda, simplemente me quiero parar en reconocer que la familia es fundamental si queremos transformar lo que no nos gusta de la sociedad. Sin juzgar y respetando otro tipo de uniones, simplemente quiero manifestar que a mí lo que me seduce y con el que gozo es el matrimonio cristiano. Lo que para algunos pueda parecer algo pasado de moda que estorba, para mí es algo vigente con el que me siento feliz. La familia la formamos personas, por tanto yo, a nivel individual, debo de dar lo mejor de mí para que mi familia crezca sana, se fortalezca y sea feliz. Que si para ser un buen profesional en el trabajo es necesario formarse y emplear tiempo en ello, no menos necesario es reflexionar sobre los valores y actitudes que cada familia asume como propios y marcan sus actos. La sociedad será mejor o peor dependiendo de la forma de vida de nuestras familias.