La economía real

04 nov 2018 / 11:18 H.

Nos perdemos en las cifras de la macroeconomía, esa que dice todo va a mejor. Hemos de bajar al suelo para saber bien cómo marcha el asunto. Contaré un caso real para entender mejor por dónde van los derroteros. Un empresario de paquetería llama a un joven desempleado para preguntarle qué rutas conoce y si estaría disponible. El joven dice que sí pero que le comente si le va a dar de alta, que jornada tendrá y cual será su sueldo. De inmediato le llega un mensaje al móvil que transcribiré de forma literal: “si vas a empezar con pegas y reclamaciones, lo dejamos”. Este es el nivel. Un trabajador no debe preguntar, ha de obedecer sin rechistar. Las reformas laborales, las que tuvieron y tienen, como único objetivo flexibilizar las normas no es que no hayan creado empleo, es que han conseguido retraer las relaciones laborales al esclavismo. El joven en cuestión no está trabajando, seguro que el empresario ha encontrado a alguien que, desesperado, hará la ruta Jaén a Barcelona, 1.400 kilómetros, 14 horas de jornada por 50 euros y, con suerte, puede que esté dado de alta. Microeconomía.