La culpa
es mía,
tuya, nuestra

La culpa es tan fea que nadie la quiere”, recuerdo haber escuchado decir a mi abuela. Ahora que estamos en vísperas de la que se prevé como una gran manifestación para demandar que Jaén merece más, tal vez habría que reflexionar sobre quién la ha llevado hasta donde está. Es fácil quitarse el mochuelo de encima y apuntar con el dedo acusador a los políticos —pasados y presentes—, a los Gobiernos central y autonómico y a los poderes económicos. No digo yo que no tengan su parte de responsabilidad —que obviamente la tienen—, pero no toda. Los principales responsables somos los propios jiennenses. Hasta aquí nos han traído nuestra abulia y menguada capacidad crítica, la desidia, el conformismo y la carencia de movilización. La ausencia de compromiso activo en cada una de las parcelas de la sociedad, el negativismo y la falta de fe en las posibilidades propias. El cortoplacismo, la estrechez de miras, la ausencia de reflexión y la improvisación continua. La manifestación de mañana podrá contar con mucha participación, pero si solo queda en una tarde de junio en la que los jiennenses salieron a la calle y no supone un cambio en nuestras actitudes del día a día, habremos fracasado. Otra vez.