La cápsula del tiempo

20 oct 2017 / 10:35 H.

Estamos inmersos en Guarromán en la conmemoración del 250 aniversario de su fundación. Ayer se inauguró en La Carolina el Congreso Internacional de Historia sobre las Nuevas Poblaciones, y esta tarde tendrá lugar aquí una conferencia sobre sus viajes a Andalucía del nobel de literatura Camilo José Cela, vinculado con esta real población a través de la Orden de la Cuchara de Palo, a cargo de su hijo Camilo José Cela Conde. Como cronista oficial de este municipio me produce una especial emoción el acto que tendrá lugar el próximo lunes día 23 en el nuevo monumento dedicado a los primeros colonos, situado a la entrada misma de esta colonia de Carlos III. En su base hueca y aislada de humedades y otras inclemencias climática, se ha construido por parte del ayuntamiento una capsula del tiempo en la cual podrán depositar los vecinos que lo deseen los mensajes y objetos que consideren oportunos para que sean recogidos por quienes dentro de cincuenta años, justamente el 5 de julio del año 2067, cuando se conmemore los tres siglos de la existencia de Guarromán, abran esta capsula del tiempo y vean y examinen los objetos y mensajes depositados allí por sus predecesores.

Los niños y adolescentes de este pueblo estarán en primera fila porque serán ellos quienes ya de mayores habrán de recordar e interpretar entonces lo que este lunes 23 de octubre de 2017 se pretendió hacer en este acto. Una vez llena la capsula del tiempo se sellará con ladrillos y cemento para que todo lo allí introducido espere pacientemente la llegada de los “guarromanenses del futuro” que habrán de abrirla dentro de medio siglo.

En un mundo globalizado en el que los símbolos y las liturgias se van descargando de contenidos hasta hacerse vacuas, el que los habitantes de un pueblo aspiren a “estar presentes” y participar en la conmemoración, dentro de cincuenta años, de los tres siglos de existencia, nos hace pensar que lo mejor de esta capsula del tiempo va a permanecer fuera: el compromiso de hacer y pasar a las próximas generaciones un pueblo mucho mejor en valores humanos. Sería absurdo tratar de dejar un mejor pueblo a nuestros descendientes, y no mejores descendientes a nuestro pueblo.

Dicen los antropólogos culturales que una generación sociológica son treinta años. El tiempo en el que un hijo debe comenzar a tomar el timón que llevó su padre. Desde 1986 en Guarromán hemos hecho sonar cada año por estas fechas una campana, que supuestamente estuvo en la puerta de la casa de Pablo de Olavide en Baeza, tantas veces como generaciones nos separan de los colonos que nos fundaron. En 1986 sonó siete veces por cada una de las generaciones computadas entonces. En el año 2007 se incorporó el tañido de la octava generación. En el año 2037 se incorpora el noveno tañido para recordar a las anteriores generaciones.

El cronista oficial depositará el próximo lunes en esta capsula del tiempo una campana de bronce, réplica de la que perteneció a Pablo de Olavide en Baeza, con las instrucciones escritas para que los guarromanenses del año 2067, los que festejarán el tricentenario, la hagan sonar solemnemente diez veces en el templete del monumento, coincidiendo con los trescientos años del nacimiento del primer guarromanense, Nicolás Kerche, y a modo de recuerdo de todas las generaciones que en el tiempo hemos dado vida a este pueblo.

Volverán a proclamar el lema que nos une a todas las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía, la Tierra de Olavidia: “Nacimos con el Fuero para la concordia de los pueblos”. Un censo de habitantes con sus nombres y direcciones, fotos, recuerdos, cartas, catálogos, libros sobre Guarromán, en papel y en formato digital, medallas y otros emotivos objetos llenarán esta capsula del tiempo proyectada hasta el futuro.

¿Llegará a su destino? Confío que el entontes cronista oficial de Guarromán, hombre o mujer, repase la hemeroteca de Diario JAÉN y haga llegar estas líneas escritas medio siglo antes a quien entonces corresponda. Yo ya seré entonces cosa del pasado.