La buena senda
del aceite

02 dic 2016 / 12:35 H.

En ocasiones tenemos la percepción de que las cosas no cambian, que se mantienen inmóviles y estáticas. Solo con la perspectiva que nos da el tiempo transcurrido podemos analizar de una manera más certera cómo evolucionan. Lo digo en concreto por el sector del olivar y el aceite de oliva. Hace apenas un puñado de años —no muchos— cuando oíamos hablar de aceite de primera prensada nos sonaba a chino mandarín. Parecía que se trataba de algo de alguna cabeza moderna que le daba por innovar. Hoy, por fortuna, no solo sabemos de lo que se nos habla, sino que la senda emprendida es recorrida con acierto cada vez por más productores. El camino de la innovación y la calidad ya aporta muchas satisfacciones a esta tierra, que, sorprendentemente, antes siempre quedaba descolgada en la mayoría de los certámenes, a pesar de ser la primera productora mundial. Parecía incomprensible que no hubiera museos en los que explicar un cultura milenaria en torno a este producto o poder visitar una almazara y conocer de primera mano cómo se produce. O que la mayor parte del aceite solo se encontrara en plástico y garrafas... Mirar atrás puede ser bueno para entender que, aunque resta trecho, andamos por el buen camino.