La agronomía en la historia

20 nov 2017 / 09:44 H.

Plinio decía que “en la Bética”, valle del río Guadalquivir, no hay mayor árbol que su olivo. Columela, hispano romano nacido en Cádiz, en su “Doce libros de Agricultura”, habla extensamente del olivo y, entre otras cosas, dice que es el primero de los árboles, que se adapta a las pendientes y que se plantasen a 60 pies de distancia y 40 pies por otro, lo que indica un rendimiento mínimo, impensable con los criterios de rentabilidad actuales. Pero los agricultores romanos sembraban cereales en los entreliños de los olivos, consiguiendo una diversificación de cultivos y una mejora en la renta de su explotación. Aconsejaba coger la aceituna a mano, por el método de ordeño, y no dañar los brotes y evitar pérdida en las cosechas e incidencia de plagas.

La agronomía es compleja, hay que conocerla muy bien, es primordial la observación y prevención y aprender de las prácticas que se hacían desde antaño y entender por qué se hacían así. El marco, el riego, la poda, todo iba encaminado a evitar y disminuir la incidencia de plagas y enfermedades y asegurar la producción.