Kafka y el kafkiano Real Jaén

Angustiosa la situación del Real Jaén, con un penúltimo capítulo esperpéntico: La propiedad les regala las acciones a los socios >> Y con cartas a posibles dueños que suenan a mendigar migajas de pan que el Real Jaén no se merece >> Kafkiano todo

22 ene 2017 / 11:23 H.

Digamos de principio que casi nadie hemos leído las obras completas de Franz Kafka, un escritor checo famoso por la sustantivación de su apellido, pero aun desconociéndolo en su rigor literario, abusamos de su conocimiento para subrayar lo que nos angustia, lo que nos parece absurdo. Cierto, todo lo raro y loco que nos pasa lo llamamos kafkiano, situaciones innecesariamente complicadas o experiencias frustrantes que hoy hago emerger porque es de alucine lo que está pasando con el Real Jaén. Más concretamente lo que le ha pasado en el último año: El Ayuntamiento que no se fía del presidente Teruel y le enseña la puerta de salida, entra una nueva directiva, bendecida y profesional, que acaba peleada con el accionista mayoritario, llega Hacienda y embarga una millonada y por si faltaba algo, la nueva propiedad dice que las acciones, para los socios.

Kafkiano, sí, de locos, porque recuerden que, además, la Justicia le dio la propiedad a Juan Miguel Hitos cuando se barruntaba que ni la quería, tanto así que dijo públicamente que no iba a recurrir la sentencia. De aquellas tormentas, los lodos actuales, donde nadie entiende de nada, ni quiere entender, la oficialidad, la propiedad, la autoridad se dejan llevar o miran para otro lado y es tanto así que no solo se mancha el buen nombre del Real Jaén (100 años cumpliría en 2022) mendigando jeques, emires o sultanes que, tontitos ellos, vengan a salvar nuestras incompetencias. Una gran pena, entre todos lo matamos y él solito se murió, de inanición, triste y cada vez más solo, compungido y paralizado de tanta desazón deportiva también. El año del mayor éxito del fútbol provincial, con tres equipos de la tierra jugando en la misma categoría, va a llegar lo que nadie quiere, la debacle. Si ocurre semejante afrenta incluso a la dignidad como ciudadanos de esta tierra, el deseo último, incluso para los kafkianos mandarines que más se parecen a Kafka aun solo entendiendo de fútbol, será salvar el culo, ejercicio muy digno y legítimo y que tanto mal hace a Jaén, culpable ella de todo porque todos somos inocentes, nunca asumimos nada.