Justicia con un monumento

19 sep 2018 / 11:55 H.

Retornar a la patria chica de uno, aunque sea por unas horas, siempre es grato. Asomarse a cualquier mirador de Torres de Albanchez y dejar que el alma se recree en su paisaje es un gozo particular, y detener la vista en su Torre del Homenaje circundada de andamios es un sueño hecho realidad; es sentir que se está haciendo justicia con el patrimonio histórico común. ¡Por fin! Después de muchos años de deterioro continuo, abandonada a su suerte, y otros cuantos de amordazamiento con la malla con la que se trataba de proteger a personas y propiedades colindantes de algún más que posible derrumbe, se va a empezar a poner remedio a este monumento, emblema del pueblo. Era de una dejadez suprema el estado de ruina de este legado de nuestros antepasados y hablaba bien poco o poco bien del pueblo en su conjunto, ajeno a su decadencia, como si no fuera cosa propia. Por ello es de loar y agradecer a la actual corporación municipal y su alcalde, Nicolás Grimaldos, el empeño que ha puesto para conseguir los fondos que permiten su recuperación, logrados del anterior Gobierno Central, en su mayor parte, y de la Diputación Provincial. No así de la Junta de Andalucía que se ha inhibido, aunque responsable en cierto modo del patrimonio andaluz, como argumentábamos en estas mismas páginas va para dos años. El proyecto incluye otro tema de gran interés, que era una petición expresa de personas entendidas que se han implicado con sus conocimientos y sus consejos en esta rehabilitación: Se va a despejar el cinturón de la torre con la demolición de las molestas viviendas y corrales que se le adosaron incomprensiblemente en otro tiempo, para dejarla independiente como originariamente. Si a todo esto se añade que será una empresa local, ganadora en subasta pública entre veintisiete licitantes, la encargada de la obra, con lo que eso pueda suponer en el esmero y en la economía del pueblo, miel sobre hojuelas. Estamos, pues, de enhorabuena, me hago eco de muchos torreños y gentes de bien que clamábamos porque llegara esa solución para la torre. Era de justicia. Nuestro deseo de que todo se haga con sentido y sabiduría para que lo celebremos como se merece.