Jaén y seis millones menos

13 feb 2019 / 13:45 H.

A esta altura de la película, hablar de la política local de Jaén me da pereza. Prefiero creer que es eso, apatía, en lugar de desazón o impotencia, que, en realidad, es lo que debo sentir ante tanta pasividad y trabajo infructuoso. Cierto que me gusta descubrir a nuestro alcalde, paseando por nuestras calles, como cualquier hijo de vecino de nuestra capital. Solo. Brazos cruzados atrás, o manos en los bolsillos. Con esa parsimonia que lo caracteriza. Con su aire comedido, casi paternal, pareciendo que trate de descubrir el sentir de sus conciudadanos. Y, cierto también que me complace encontrar al presidente de la Diputación echando una cerveza en compañía de su familia. Con esa pose de relajación y sosiego que adoptamos todos cuando nos encontramos en un ambiente distendido después de una jornada frenética. Siempre es agradable constatar la sencillez y la humanidad de nuestros dirigentes. Pero ese sentimiento filantrópico por quienes nos gobiernan en nuestra tierra se me cae a los pies cuando oigo la noticia de un acontecimiento tan hiriente como es el hecho de que el Ayuntamiento ha perdido casi seis millones de euros, por más de cinco mil multas prescritas que se quedaron metidas en un cajón, desde que la corporación local decidiera, allá por el año 2014, romper con el acuerdo de gestión de cobros con la Diputación. Soy consciente de que la cuantía del comunicado puede haberse inflado, por cuanto que ha sido facilitado por el signo contrario, y ya se sabe que en tales lides, lo prudente es poner en cuarentena la exactitud del dato. Pero, casi que me viene a dar igual, que sean seis millones de euros, que cinco, que cuatro o que un millón. Nuestra ciudad no puede permitirse el lujo de perder ni un solo euro, y menos aún, si esa pérdida es fruto, en definitiva, de la obsesión por ofender a la oposición de turno y procurarle toda clase de perjuicios, con todos los medios posibles. Qué bien nos iría si todos barrieran para el mismo lado.