Jaén rezuma vida

Qué está pasando en Jaén, que es, absolutamente, imposible presentarse en ningún bar del centro a echar unas cervezas, y a veces, también, aunque no sea del centro, si no has reservado con antelación. Creo recordar que la costumbre de las reservas comenzó cuando se eliminaron las restricciones por la covid, hace ya un par de años, y desde entonces, esa práctica se ha quedado para siempre. Sea por lo que sea, el caso es que los bares, restaurantes y pubs de la zona se encuentran ocupados, abarrotados, más aún, desbordados y ya, lo realmente sorprendente, ha llegado a ser la imagen que hemos visto todos, de este fin de semana pasado, en el que las calles del centro jiennense estaban, espectacularmente, bulliciosas, como nunca antes las hemos visto. Miles de personas, jóvenes y no tan jóvenes, poblaron la calle Bernabé Soriano y la Plaza Dean Mazas, que la hicieron suya, como escenarios de quedadas, en busca de diversión en el eje principal de la capital. No sé si tan multitudinaria ocupación será consecuencia de las numerosas actividades programadas por nuestro Ayuntamiento, conciertos, zambombás, el espectáculo de la Catedral de la Navidad... O resultado de modas sociales caprichosas, como ocurre en decenas de ocasiones, pero lo cierto es que, es una gozada ver nuestra ciudad tan llena de vida y diversión, lo que repercute, obviamente, en beneficio de los comercios y establecimientos de hostelería de la zona. Podría decirse que pareciera que, este año, se han alineado todos los astros para engalanar nuestra ciudad y proyectarse turísticamente, como llevamos pretendiendo desde hace mucho tiempo. La meteorología, por su parte, está contribuyendo a ello, y propicia hacer vida en las calles e, incluso, el destino y el azar han querido aportar su granito de arena y, este año, el gordo de la lotería de Navidad ha visitado nuestra ciudad, como no, vendido en las administraciones del centro de Jaén. Pero, como no podía ser de otra manera, nunca llueve a gusto de todos por lo que pasear por la Carrera, la tarde del día de Nochebuena, que ahora llamamos la Tardebuena, se convirtió en una tarea muy complicada.