Jaén por
San Lucas

Los hortelanos de Jaén están desgranando las piñas de maíz en la era. Las hojas secas conocidas como farfolla servirán para meterlas en el colchón de la cama. Las hojas hepáticas o lombardas ya están abriendo la puerta a los relentes de la noche y la escarcha de la mañana. Casi todas las familias empiezan a hacer el hato, esto es, llevarse lo más necesario para sus casas de Jaén. La feria de octubre está ahí más arriba, y de ella disfrutarán del ocio festivo, porque bastantes meses del año han estado bregando con el almáfaque, el mulo, la barcina y guardar el togo en el granero. Es la Feria de San Lucas de las últimas de España, altiva como una caña, especial, no tenga dudas, bonita como ninguna, tan seria como una castaña. Vestida de lunares está la Luna en Jaén, lleva colgados collares, se le olvidó el de pastira, que le queda tan bien. Látigos, pulpos y norias, coches locos de tope, a quien le dé que se joda, yo soy Fernandito Alonso, y tú un torpe y cipote. Es verdad, una fiesta como la de San Lucas no hace daño una vez al año.