Irse

12 abr 2019 / 16:29 H.

Cuesta hacerlo. Dejarlo todo e irse de tu tierra buscando oportunidades laborales. De una ciudad que se posiciona de las primeras en las listas del paro. Y nadie se para y se baja, la gente se va. Unos se van para no volver y otros lo hacen con la esperanza de que las cosas cambien y puedan volver a su lugar de procedencia en el futuro. El despoblamiento es una realidad y, cada año, se va notando ese descenso de población. Este hecho es más acusado en la juventud, pues al no encontrar trabajo en la provincia, lo intentan en otros lugares de la geografía española. De no ser así, prueban en el extranjero. El “vente pa Alemania Pepe” no queda tan lejos ahora. Todo es un fenómeno de la situación actual. Ante este problema, se generan propuestas de desarrollo ya que, ante la baja densidad de población, hay una alarma social. En la actualidad, esto unido a la baja natalidad, ocasiona que se planteen medidas para frenarlo. El problema reside en que todo va de la mano y si no hay trabajo, muchas realidades se transforman. No hay trabajo; no hay hijos, por ende, desciende la población. Sin embargo, la población crece en ciudades donde la oferta laboral es mayor. Tampoco eso es bueno. Y es que, encontrar el equilibrio, es complicado.