Incendio en Notre Dame

El lamentable incendio, de Notre Dame de París, ha traído a mi memoria el drama romántico que escribió Víctor Hugo en 1830 en el que la verdadera heroína de la novela es esta “inmensa iglesia...”. El entremezclado y complejo mundo de 1482, que describe el autor en su novela, bien podía parecerse al mundo de hoy, desde los mendigos a los reyes, de los militares a los bohemios, vagabundos, masas deseosas de ver ahorcamientos públicos, poetas, ladrones, clérigos, estudiantes... diferentes expresiones del corazón humano y todo para llegar a un dramático final de sus personajes. El escritor fue el profeta que vaticinó este incendio y lo que es peor, algunos aprovechan la desgracia para seguir fomentando el “odio”, en lugar de pensar en cambiar el final de la novela. Posiblemente con esta novela se sensibilizó a los parisinos de la necesidad de restauración que tenía la iglesia y que llevó a cabo Viollet-le-Duc a partir de 1845, al que le debemos no solo las famosas gárgolas sino también el diseño de la aguja central que tanto nos ha impresionado su caída a causa del incendio. Busquemos la verdad del origen del incendio, y seamos positivos. Dotemos a nuestros bienes patrimoniales de medidas preventivas para que en el futuro esto no vuelva a pasar jamás.