Humor en su medida

30 sep 2018 / 11:23 H.

Me gusta pensar en el humor como la forma de comprender y presentar la realidad, por medio de la cual una persona puede ofrecer su punto de vista gracias al ingenio. Hermann Hesse, que opinaba que el humorismo era un poco burgués, lo definía como una forma de respetar la ley y al propio tiempo pasar por encima de ella, viviendo como si el mundo no fuese tal y expresando una sabiduría superior: poder plegar lo mundano y lo divino hasta juntarlo. Ya no existen grandes discursos, están destinados a extinguirse gracias a una hipócrita censura moral que nos lleva a aceptar lo que la masa dice y dispone, para evitar explicarnos. El humor, por todo ello, no sólo no es ajeno a este mal, sino que es el mayor afectado. El contexto de la comedia nos permite entender cómo un chiste puede ser una crítica, cómo el humor se distancia de la realidad para salvarnos de ella. Para saber dónde están los límites del humor, primero deberíamos saber cuáles son nuestros límites para entender lo que nos comunican. De esta manera, ya no tendríamos que estar preocupados en saber qué es lo que nos ofende, sino en comprender por qué razón debería molestarnos.