Tres visiones

Hoy repetimos elecciones generales por primera vez desde la instauración de la democracia en 1977. Los partidos a los que entregamos nuestro voto en Diciembre, no han sabido entender, qué queremos los ciudadanos. Y los electores creen que no se han equivocado —según anticipan las encuestas—. El modelo de la Transición estaba basado en dos Españas, las tradicionales de Machado. Pero esta concepción se ha quedado pequeña y antigua. No hay tantas Españas como partidos, pero está claro que los habitantes de esta “piel de toro” ya no se identifican con formas simplistas de ver las soluciones a los problemas. En toda Europa, dentro de los partidos tradicionales nacen potentes corrientes renovadoras y populistas que los dividen. ¡El mejor ejemplo lo tenemos estos días con el Partido Conservador británico, que arrastra al país entero! Aquí hay una corriente centrista o renovadora en los dos partidos clásicos, y un partido bisagra nuevo. Por tanto, sí que hay tres formas de ver España en 2016: la conservadora, la radical y una centrada o centrista que todavía no tiene un referente único, que no está articulada para competir y por ello parece dispersa o por madurar.