Justicia independiente

21 may 2017 / 11:22 H.

La idea del Estado se fundaba en una radical separación, ideológica y formal de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y bajo esta premisa se ha construido nuestro actual Estado de derecho, donde sin duda se espera la independencia de los jueces, con respecto de los poderes políticos, sociales y económicos. El procedimiento y la lógica jurídica se basan en esta misma idea, y en la carrera judicial se incide constantemente en dicha independencia, así como en la búsqueda de objetividad y veracidad. Lo obvio es que los jueces están politizados de manera institucional, mediatizados y sobre todo, son dependientes de los órganos ejecutivos que determinan sus economías y ritmos. Pero, y hay que poner un pero grande, y es que los políticos que nos gobiernan son los que no creen en la independencia del sistema judicial. El PP, el PSOE o lo que queda de CIU, cada cual donde gobierna, creen que el sistema basado en la independencia de los jueces no va con ellos, y así lo demuestran. Todo lo que estamos viviendo en este último mes con las interferencias de ministros y secretarios en la justicia, vuelve a demostrar una cosa, el principal enemigo del sentido de Estado en este país son los políticos que nos gobiernan. Y eso sí es un problema serio.