¡Votar, qué grande!

    19 may 2019 / 11:21 H.

    Nada debería ser tan normal en una democracia como el acudir a las urnas y, sin embargo, en este país, ya sea por el hecho de la enorme desafección de la política partidista o, simplemente, porque hay en juego muchos intereses, a menudo nos hacen creer que no es importante lo que pueda ocurrir. Sea por lo que sea, la idea de que ir a votar va a tener poca repercusión está más que generalizada, y más ahora que tocan las europeas y municipales. Pero nada más lejos. Votar es clave y lo que surja de las urnas es determinante en lo que ocurre. Además, el ejercicio del voto es uno de los símbolos de libertad, responsabilidad y ciudadanía. Otra cosa muy diferente es que aquello a lo que podemos votar sea más o menos ilusionante, cercano o visible. En unos días votaremos a dos instancias, por un lado al parlamento europeo, el conjunto de instituciones más determinantes y menos conocida, alejada, rica y compleja. Y, a la vez, a los representantes de los ayuntamientos, institución cercana, empobrecida, controlada y opaca como pocas. Y sin embargo le duela a quién le duela, cada uno tiene un voto que vale lo mismo que el de cualquiera, y eso al final nos iguala, hace justicia y pone cada institución en su sitio. ¡Ahí no es “na”!