Las selecciones

01 jul 2018 / 11:15 H.

S in duda es llamativo el hecho de que el fútbol mueva tantas pasiones. Si nos ponemos a pensar un poquito, nada más comenzar nos podemos dar cuenta de que el fútbol, más que nada el que se refiere a las selecciones nacionales, representa una verdadera expresión de identidad que, a mi humilde modo de ver, es más que buena. Me explico. Buena es porque al reforzarse la identidad de una nación, aunque sea de este modo, y siendo como lo es multitudinario, se impulsan los valores propios históricos y antropológicos del país al que pertenecemos, de modo que, así, lo que estamos impulsando es lo que en su conjunto significa la nación, grandeza, hazañas, metas, heroísmo si cabe. España, supongo que estará de acuerdo conmigo, mi querido amigo lector, como diría mi padre, es una gran nación, históricamente destacada, antropológicamente excepcional, no por despreciar a los demás, sino solo por los valores con los que se construyó, en especial desde la Reconquista, esos valores que han forjado y hecho de los españoles un pueblo de importancia universal. Y cada nación con lo suyo, que el subconsciente colectivo, por ser general, en la inmensa mayoría de los casos, es siempre más que bueno. Digo yo.