¡No a esta peatonalización!

11 jun 2017 / 11:32 H.

La parida de la peatonalización viene de la mano del urbanismo comercial y se incorpora a la Biblia de los ayuntamientos para reducir, hasta la selección, la movilidad motorizada en los cascos urbanos con el objeto de aprovechar el flujo de tráfico rodado que esta elimina en favorecer los nuevos formatos comerciales de las grandes cadenas de distribución que cuentan con las infraestructuras necesarias para absorber el rebote causado de las zonas que se intervienen y desertizan. El ayuntamiento tiene la responsabilidad ineludible de preservar el patrimonio cultural de este pueblo. En consecuencia, la joya del renacentismo así como la joya de la distribución comercial del pasado siglo son merecedoras de un mismo trato para que puedan seguir coexistiendo en el entorno de sus orígenes. Las dos tienen sus fieles, siendo devotos que arrancan del acervo cultural de un mismo pueblo, Jaén. Forzar el traslado de fieles a otras catedrales del consumo, descolgadas del centro o las periferias es, entre otros, despreciar el sustento de más de medio centenar de familias que viven de la actividad comercial del entorno que se pretende peatonalizar. ¡No, a esta peatonalización! conectada con la brutal remodelación del tráfico rodado iniciada en 2007.