Ha nacido el post ecologismo

15 oct 2017 / 11:22 H.

La capacidad de sorpresa es algo que no me abandona nunca; por mucho que haya visto, siempre hay algo que llega a sorprenderme. Sorprenderse no es igual que extrañarse. Nadie duda ya de la existencia de un cambio climático, todos intentan hacer gestos contra el mismo. En una ruta veraniega intensa por esta maravillosa tierra he comprobado cómo muchas administraciones entienden esto de luchar contra lo evidente a base de iniciativas que consiguen justo lo contrario. Resulta irrisorio, incluso insultante, tapizar las rotondas de césped artificial, que sí, es muy verde pero no deja de ser plástico industrial derivado de los hidrocarburos. Hay también obcecación por pintar de verde impoluto medianas y bordillos en las carreteras, cual si creciese una tupida yedra en ellas. En esta modernidad en la que algunos parecen empeñados en instalarse lo único que encuentro, para mi sorpresa, es un patético esfuerzo en ser lo que no se es, respetuoso con el medio ambiente. Se ha inventado el post ecologismo como un mero postureo, dejando atrás todos los principios básicos del mismo.