Ha llegado a su destino

27 may 2017 / 11:03 H.

AVE, con destino a Madrid, va a efectuar su salida por la vía número dos”. El anuncio, que sale de altavoces recién estrenados, estremece el ambiente de una estación en gris y plata brillo, lo que provoca que la gente apresure su marcha hacía la anden de la referida vía. Lamentablemente no estamos hablando de la estación de tren de Jaén, ni tampoco de la de Linares-Baeza. Se trata de la nueva estación de AVE de Antequera, que enlaza esta ciudad de gran proyección con la capital del reino. Ya sabemos que nuestra provincia queda aislada en ese mapa nacional de la alta velocidad. Almería, igualmente, queda fatal, y parece que se enlazará a través de Murcia. Y a Granada la conectarán a través de Antequera. ¿Tan complicado habría sido enlazar estas tres capitales hasta Córdoba? Hasta ahora, nada nuevo en este inicio del artículo de opinión. Redundar en la historia de siempre, y esperar, y esperar, a que la inversión llegue a su destino. Sin embargo, he aquí una novedad importante. Esa gente que se agolpa en el andén número 2 de la Estación de Antequera, en su mayoría, han bajado de un autobús procedente de Granada. Y es que Renfe ha sacado un paquete de cinco “BUS-AVE” diarios, desde Granada a Madrid, y que van desde los 30 a los 34,55 euros. Sí, por cinco mil pesetas, viajas de Granada a Madrid, eso sí, mediante trasbordo en autobús desde la ciudad nazarí a la del centro geográfico de Andalucía. Algo no cuadra, cuando un billete en AVE desde Córdoba a Madrid, con menos distancia, cuesta 62,70 euros. No quiero ser mal pensado, pero me pregunto si algo tendrán que ver las continuas reivindicaciones que nuestros vecinos de Granada hacen por el abandono que sufren, principalmente en relación con la conexión férrea. A esta se le unen las sucesivas manifestaciones pidiendo inversiones en sanidad, con dos hospitales completos para la capital, petición esta última que también parece ser atendida, cueste lo que cueste, por tal de que se callen y no den más la lata. Algún paisano dirá: “¡Están locos estos granadinos!, ¿cómo osan levantarse contra las políticas de la Junta de Andalucía un día, y otro, contra las del Gobierno Central?”. Y es que tenemos el chip de la política de partidos metida en nuestra provincia como cromosoma genético, que nos hace enquistarnos en la ceguera más absurda, en el conformismo más vergonzoso, en ese provincialismo más propio del guion de una película de Berlanga que de una tierra de la que, dicen, pretende prosperar. Sigue vigente la máxima “de estás conmigo o contra mí” y cada uno, en su acera, se aferra a su baranda, criticando al de enfrente, y evitando el trago incómodo y amargo que supone cuestionar la verdad de cada paradigma. Levantar la voz por tu tierra puede ser aplaudida o machacada, dependiendo de la diosa iris con la que te topes ese día. En la estación de salida, resulta más cómodo esperar junto al andén de los sueños rotos que levantarse y amenazar con cortar la vía. En la estación de destino, las cifras económicas consolidan la recuperación con un crecimiento del 0,8% en el primer trimestre y apuntan a una tasa interanual del 3%, por encima de Alemania, Francia o Reino Unido. A este ritmo, se espera recuperar el nivel precrisis en breve, siempre que podamos luchar contra nuestras amenazas, que son la deuda pública, el desempleo y la productividad. Tan importante es que se consolide el crecimiento, como que se haga de forma coetánea con todas las estaciones. En caso contrario, las más calladas, las más olvidadas, cada vez, estarán más lejos. Jaén no debe esperar a llegar a su destino. Es el momento de construir su destino.