Gran valor educativo

12 may 2019 / 11:18 H.

Llevo casi tres décadas dedicado a la educación y a lo largo de estos cursos he experimentado el cambio que se da cada año en la educación. Siendo una base fundamental en la edificación de la persona, la educación se cimienta en varios pilares, el principal sigue siendo la familia, hoy acosada por tantas circunstancias que intentan devaluarla; los valores se maman diríamos en nuestra lengua y si falla la familia, como transmisora de los mismos, un pilar fundamental desaparece; otro es la sociedad, con sus medios de comunicación, globalización e información. Esto, a veces, ha sustituido a la familia en muchos hogares como transmisores de los valores y, en tercer lugar el colegio, el instituto y la universidad, donde los valores, ya aprendidos, se insertan en el conocimiento y en el saber, dando al ser humano los fundamentos y habilidades necesarias para enfrentarse a la vida, no solo con un saber, sino anclados en unos valores que favorece la convivencia, compromete al ser humano con el mundo donde vive para mejorarlo y desarrollar su propio ser en función del servicio, la bondad y la humanización de todo lo que le rodea. A veces, cuando pierdo la paciencia con algún alumno díscolo no puedo reprimir el expresar: “Yo te enseño conocimientos pero vergüenza te la enseñan en tu casa”. De ahí parte la primera, fundamental y necesaria educación en valores.