Fuego que no prende

08 mar 2019 / 09:07 H.

Parece que el Carnaval está hecho de una materia incombustible que no prende en Jaén. Cuando yo era un crío, el Carnaval estaba prohibido, aunque no faltaban unos cuantos vecinos que se disfrazaban con lo primero que tenían a mano para pasearse por el barrio. Después, cuando se acabó la prohibición, se dejó patente la falta de educación carnavalesca y aunque hubo personas, sobre todo dos concejales, que trataron de prender fuego a la mecha ésta no ardió. Y hemos llegado a estos tiempos sin que en nuestra ciudad exista una auténtica tradición por el Carnaval. Sólo algunos grupos aislados se atreven a dar el paso, poca madera para que el fuego se extienda. Yo mismo debo confesar que he perdido aquella ilusión que un tiempo me despertaban estos festejos. Y conste que hice lo posible por colaborar en sus celebraciones. Siendo concejal mi buen amigo Pepe Montané fui pregonero de aquel Carnaval que se llamó “Jaén, puerto de mar”. Fui miembro de jurados, e incluso pregoné el Carnaval de Villanueva del Arzobispo. Después, siendo concejal de Festejos mi fraternal amigo Gustavo Martínez, colaboré con él en lo que me pidió y estaba en mi mano. Recuerdo que en el último año del siglo pasado, intervine para que el desaparecido actor Juanito Navarro, con quien me unió una buena amistad, accediese a venir a nuestra ciudad para pregonar el Carnaval. Gustavo siempre intentó traer a actores relevantes y populares para este menester, que también realizó nuestra admirada paisana, la iliturgitana María José Cantudo. Juanito Navarro tuvo la gentileza de venir gratis, no sólo por amistad, sino porque su padre era de Jaén.

El pasado mes de enero se cumplieron nueve años de la muerte de Juanito Navarro, uno de los actores cómicos más notables de España, cuya vida profesional, aunque intervino en docenas de películas, discurrió en los escenarios. Él fue quien dio a conocer a la inolvidable Lina Morgan, con la que compartió la escena durante diez años consecutivos. Juanito y yo compartimos una buena relación de amistad durante los últimos años de su vida. Nos comunicábamos por las redes y por teléfono. En aquellos años sí parecía que el Carnaval iba a arraigar en el ánimo de los jiennenses, pero no fue así. Cuando el Ayuntamiento aminoró su apoyo a las fiestas, el fuego que parecía crecer casi se apagó de nuevo. Y es que por estos pagos somos más dados a mirar que a hacer cosas.