Alimentar el mal

26 ago 2018 / 11:12 H.

Pero qué locuras son esas de sacar a Franco de la tumba? Una cosa es que a alguien no se le haya dado la debida sepultura, y otra cosa es que, desde la Presidencia del Gobierno, se pretendan mover unos restos mortales sin apoyo legal alguno, por simple odio, en plan totalitario, que es de lo que este pobre Presidente nuestro acusa al muerto. Qué necesidad habrá. ¿Qué mueve a estas personas, la provocación como en el 36? Malas acciones están caracterizando a este Presidente, que coge aviones de servicio público para cuestiones privadas, que abre las fronteras a los inmigrantes africanos para darles un pan que necesitan muchos españoles parados. ¿Y la cuestión humanitaria con los españoles parados? ¿Ese no es el primer deber del Gobierno? Pero volviendo a lo de Franco, que me da igual que fuera Largo Caballero, que ni de Largo Caballero ni de Franco hay derecho alguno a tocar sus restos. ¿Por qué no dejamos ya de mirar hacia atrás y emprendemos un viaje al futuro, todos? En fin, mi querido amigo lector, que, como decían mis padres, que vivieron la Guerra Civil, cualquiera que remueva las esencias de aquella contienda, no sabe lo que hace, pues está alimentando el Mal en mayúsculas.