Flores de cantueso

14 feb 2018 / 09:18 H.

Después de un martes y 13, que siempre levanta pelusilla en las personas más suspicaces y supersticiosas, hemos amanecido a un miércoles que, además de ser de ceniza y, por tanto primer día de abstinencia —solo para quien así lo quiera y desee privarse de comer alimentos cárnicos—, en cambio, hoy es también el “Día de los Enamorados” y, a la hora de demostrar el amor, no hay abstinencia. Además, en mi casa, tenemos otro motivo especial de celebración porque es el cumpleaños de mi perro Chucky que, para nosotros, tras siete años de convivencia, es como uno más de la familia y no le faltará su tarta de cumpleaños con velitas y todo.

En realidad, todos los días tienen algo que merece celebrar, aunque solo sea el poder recibirlo. En ocasiones, el día nos depara otras alegrías, otras satisfacciones, como a mi buen amigo Juan José Armijo Guerrero, que ha visto, por fin, el día en que ha salido a la luz su último libro, “Flores de cantueso”. Confieso que, hasta que hace algún tiempo que Juanjo me habló de su libro y me pidió que lo prologara, no tenía ni idea de qué eran las flores de cantueso. Ya sí, y puedo asegurar que, aunque menudas, son preciosas. Me recuerdan a la azulina que yo tengo en mi patio. Juanjo Armijo ha escogido este título para su libro porque esta planta abunda en Santisteban del Puerto, su pueblo natal, y porque en sus páginas lleva flores literarias de los más significados poetas santistebeños, desde Diego de Benavides, Eugenio Madrid y Francisco Clavijo hasta poetas contemporáneos como Jacinto Galdón, Juan Guerrero y Urbano Peñalver.

Juanjo Armijo, a quien me une una entrañable amistad desde hace muchos años, es un hombre modesto con un amor inmenso por su tierra. A ella, a cantarla y a darla a conocer, ha dedicado todos sus trabajos literarios. Y no solo con la pluma honra a Santisteban, sino que, además, demuestra a borbotones su arte en los lienzos y en sus tallas. En este nuevo libro, no solo nos trae el aroma del cantueso, sino que ofrece un escogido, abundante y florido ramillete de versos nacidos bajo el cielo santistebeño que cantan y ensalzan con profundo amor las excelencias de su tierra. El libro está editado por Círculo Rojo y está documentado con aportaciones gráficas. Una obra amena, que se lee con facilidad. Eso sí, si quieren se pueden saltar el prólogo, lo único que yo he aportado a este libro.