Fin del primer acto

02 nov 2017 / 11:25 H.

No está mal. Han conseguido dividir a la sociedad catalana: más de 1.800 empresas han cambiado el domicilio social (dicen que una de cada tres de más de 50 empleados); han transgredido la Constitución Española y su Estatuto de Autonomía; incumplen las Resoluciones del Tribunal Constitucional; ignoran a su oposición parlamentaria y a más de la mitad de sus conciudadanos y no acometen ninguno de los problemas reales de la sociedad catalana. Solo les importa “su” idea de la independencia. O sea, el teatro que han montado y que, sorprendentemente, tantos se han creído.

Esperemos que la aplicación gradual, equilibrada y serena del artículo 155 de la Constitución detenga esta cadena de irresponsabilidades. Pero supongo que aún le quedan algunos capítulos a esta farsa. Sí, la primera parte de la función ha terminado. El teatro se ha consumado pero no finalizado, de ahí hemos pasado al teatrillo. Tenemos a los actores un poco desperdigados y el libreto de la II Parte de la Farsa se ve que aún no lo tienen todos los independentistas, por lo que andan haciendo declaraciones y tuiteando como descosidos, jugando ahora a la confusión poniendo en marcha la independencia votada pero no proclamada de ese gobierno catalán, que en el último momento y de manera cobarde, impuso la votación secreta para no dar la cara y tener una argucia más para evitar la justicia. Los españoles catalanes y no catalanes hemos pasado un mes de angustia, incertidumbre e incredulidad difíciles de describir, por el estrés que nos ha producido esta cadena de sinrazones, mentiras y medias verdades puestas en escena por una agrupación de partidos independentistas catalanes apoyados por la trama economico-financiera-social a la que representan la ANC y Òmniun Cultural, que han sido la base pagada para la movilización ciudadana y el despliegue independentista en la calle. Felicitar desde luego a los partidos constitucionalistas que han apoyado al Gobierno de España para la aplicación del artículo 155 de la Constitución en defensa de la unidad territorial y felicitar también al Gobierno Español por la prontitud de respuesta. Jaque mate.

Las próximas elecciones autonómicas en Cataluña dirán cuál el su nuevo panorama político y ahí tendrán que abordar los partidos los acuerdos y negociaciones necesarios, para que no volvamos a vivir una situación tan desestabilizadora como la que hemos pasado. En el 78 el bien hacer de la política nos dio un marco que si bien hay que renovar, dura ya casi 40 años. Entre tanto, Puigdemont y algunos de los suyos corren envolviéndose en la Estelada, para presentarse al mundo como mártir, que no como rufián o bribón.

Su colega el exvicepresidente está rumiando coaliciones que no le resulten tan chuscas como las de sus otros socios gubernamentales, para presentarse por fin a las únicas elecciones legales que ellos no quisieron convocar. A los tibios y tibias que aún no saben si son constitucionalistas o independentistas o ambas cosas a la vez, desearles que se aclaren porque el de “la mirada aviesa” los está pretendiendo y les perdona sus indefiniciones. Ánimo a esa gran mayoría silenciosa para que con su voto hagan posible una convivencia real y democrática de todos los catalanes y españoles.

Continuará. Próximo capítulo: “Independentistas a la fuga”.