Filmoteca jaenera

01 nov 2017 / 10:49 H.

Jaén y el cine no han sido buenos compañeros de viaje en los últimos tiempos. Las salas fueron desapareciendo del centro y se atrincheraron “extramuros” vestidas de centro comercial. Ese pequeño detalle influye en una cierta mayoría que podría ir “al cine” dando un paseíto pero que borra tal posibilidad de su ocio al tener que ir con coche o en autobús. Si a ello añadimos que las películas que nos llegan solo son “comerciales”, el panorama es desalentador. De ahí que las propuestas de entidades como el Foco Henri Langlois tratando de recuperar el cine con mayúsculas en nuestro Jaén son absolutamente necesarias y merecedoras del impulso de las administraciones públicas. Leo con desaliento que la reapertura de los cines Alkazar ha quedado en el limbo de los sueños. Ignoro en qué estado se encuentran los cines Avenida tras la fallida reconversión en macro-discoteca. Del añorado Asuán solo quedan sus fantasmas deambulando entre latas de conserva y yogures del supermercado que ocupa su lugar. Solo el salón B del Infanta Leonor (otro despropósito en cuanto a su ubicación física) da un respiro a alguna actividad del mencionado Foco aunque sospecho que con no demasiado éxito. Por eso, al escuchar que los de Henri Langlois han propuesto que la Filmoteca de Andalucía disponga de una subsede en este Jaén de nuestras entretelas, mi corazoncito dio un salto de alegría. Me duró poco, eso sí. Tal parece que, de nuevo, las cosas no marchan como deberían. El salón del nuevo Museo Íbero podría ser, tal vez, el lugar elegido pero las burocracias se interponen. Incluso estos esforzados luchadores hablan de la Iglesia de Santo Domingo o el Convento de Santa Úrsula como dotaciones culturales que podrían tener usos alternativos. La Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento de Jaén deberían aunar esfuerzos —si es que no los aúnan todavía— para qué el cine moderno, clásico y “mediopensionista” nos inunde con la categoría y calidad que ¿merecemos? En todo caso, mi fuerte aplauso para las gentes de Henri Langlois por su empecinamiento en demostrar que el cine es un arte al que no podemos obviar ni enviar a las galeras del extrarradio jaenero.