Febrero
es una cabra loca

Nuestro refranero español, siempre lo hallo ante la vista de mis ojos y lo tengo entre mis manos, porque me enriquezco con su sabiduría popular a través de los siglos. No me deprimo por su torpe lectura. Unas veces acierta, otras se queda en la puerta del ridículo. Sobre el segundo mes del año abundan los textos inventados por quien desocupado observador del comportamiento de los doce meses del año. En febrero busca la sombra el perro o se saca a la abuelita a pasear, si es que la artrosis no la tiene subida como las nubes, ahora tan rácanas a regar los campos sedientos. Febrero el loco, no hay un día como el otro, pero para locura con camisa de fuerza incluida, o como una cabra comiendo papeles en la puerta de una librería. Locos los hay en todos sitios. Este puede ser uno de ellos. Se escapa del patio y los enfermeros no dan con él. ¿Sabían dónde estaba? En el despacho con el director hablando de sus asuntos personales. Sigamos con los refranes. Abril, aguas mil, contando con que el cambio climático no nos amargue la existencia. Demasiada agua en unos sitios, o tierras secas como la mojama de Isla Cristina, es la locura como este febrero loquillo.