Exclusión social

14 feb 2018 / 09:18 H.

Desde un lugar privilegiado que me ha ofrecido la vida, puedo acompañar a personas en el arduo camino que implica necesariamente “liberarse” del desempleo. Acompañándola en ese “factor de vulnerabilidad a la exclusión social”, como dicen muchos autores, y proponiéndoles cambios en sus proyectos de vida como “factor de protección “. Y contemplar, una y otra vez, cómo hombres, mujeres y jóvenes se levantan cada día para reconstruir lo que la falta de un trabajo les ha ido destrozando buena parte de sus vidas. He visto casi de todo, pero no me canso de mirar los ojos limpios de un muchacho que empieza un proyecto de vida. No me canso de ver a mujeres de sonrisa transparente donde la esperanza es germen de días felices. Ni me canso de ver a hombres que vuelven a ser hombres cuando finalmente tienen una ocasión de trabajar.

Ha sido justo esta última etapa vivida donde he contemplado en primera persona eso que dicen en los medios: “En el momento actual en el que el desempleo ha llegado a datos históricos y la crisis mundial amenaza la estabilidad de las instituciones consideradas más “firmes”... pero lo que no dicen las noticias es que este desempleo es un problema que además de la dimensión económica, también están las sociales, psicológicas y culturales y que no es posible separar, que llevan a las personas a una situación de vulnerabilidad e incluso a encontrarse en exclusión social.

Los efectos de la economía global y las transformaciones producidas en la sociedad han generado nuevos espacios de exclusión social, viendo cómo las fronteras de la exclusión social son hoy altamente permeables y fluidas y sus riesgos son cada vez más amplios. Los retos del futuro más próximo, según mi opinión, pasa por la implementación de políticas sociales integrales y flexibles que puedan dar respuestas eficaces a un fenómeno como es la exclusión social que es multifactorial y cambiante. También creo en la necesidad de preocuparse más por parte de las diversas instituciones implicadas para poder compartir más áreas de protección hacia las personas en situación de exclusión social.