Eutanasia, ¿sí o no?

03 may 2019 / 11:43 H.

La democracia en esta sociedad no puede considerarse una realidad concluida, pues no ha unificado a los millones de personas de este país. La Constitución como norma fundamental en esta “sociedad democrática”, debe albergar obligaciones y derechos en la convivencia y en las relaciones sociales, manteniendo la dignidad de las personas, con una única lectura, sin letra pequeña, legible por todos y actualizada a las necesidades de cada ser. La obligación de no dañar ni perjudicar a los demás ha sido superada por el Juramento Hipocrático, rompiendo con su ética, la bandera blanca que cada alma lleva intrínsecamente ligada, para poder decidir en el peor momento de su vida, que se rinde y que quiere dejar de ocupar el cuerpo que habita. La “buena muerte”, es el significado etimológico de la eutanasia, así que prolongar el sufrimiento de un enfermo y de sus familiares cuando la enfermedad solo genera indignidad no cumple con la obligación de no dañar ni perjudicar a nuestros congéneres. Hace 1.567 años que se decidió en el Concilio de Arles, no dar sepultura cristiana a quienes optaran por el suicidio. Todo ha evolucionado, incluso el miedo. Libertad para ondear nuestra bandera blanca, es dignidad.