Escépticos por propia experiencia

13 ene 2017 / 10:36 H.

Confieso que no me fío, que no me lo termino de creer. Miro estas noticias con el recelo de quien ya ha salido escaldado con anterioridad, de quien sabe que en esta santa tierra para parir un proyecto de cierta enjundia hace falta mucho más que la conjunción de los astros. Digo esto a cuenta del acuerdo alcanzado en el Senado, esta semana, entre el PP y el PSOE, para dar un “empujón” a la A-32. Han sido tantas las ocasiones en las que —en este y otros muchos casos— estos acuerdos quedan en juegos florales, que nos volvemos escépticos como condición natural. A base de palos hemos incorporado en nuestro particular ADN jiennense el no creernos los anuncios con buenas intenciones y a lanzar solo las campanas al vuelo por un nueva carretera cuando podemos circular por ella; por un nuevo museo tras el corte de cinta, o por un nuevo transporte público cuando podamos trasladarnos en él. Muchos de esos proyectos son prioritarios y permitirían dan un empuje a una tierra que partió de las peores posiciones y que aguarda como agua de mayo un plan específico que la permita crecer a un mayor ritmo. Mientras tanto, permítanmelo, yo me mantendré en el escepticismo.