Esa otra Jaén, la tecnológica

Hay empresarios que no son del aceite ni de los sectores tradicionales que tienen su hueco en Andalucía y en España >> Son los empresarios de las nuevas tecnologías >> Apostaron por este mundo cuando nadie daba un duro por él, merecen un aplauso

01 oct 2017 / 11:45 H.

Hay otra Jaén muy distinta a la oficial, incluso tan distinta a veces a la que planteamos los medios de comunicación que siguen al dictado las agendas de los políticos, que seguramente cualquiera diría que dónde es donde vivimos realmente. Hay una Jaén generalista y rural, mayoritaria y grande, que vive pendiente del cielo, los repuntes del aceite y sulfatar a tiempo, es la Jaén que nos da la vida, la que transita por los vericuetos de las grandes multinacionales envasadores y que, tristemente, no ha despertado aún del letargo somnoliento de criar aceitunas y molturarlas, para que luego otros le saquen el fruto a la etiqueta y el envasado. Y luego están las otras Jaenes, la ácrata, que no convive con nadie, pero existe, la Jaén funcionarial que presta sus servicios tan ricamente a una provincia con seiscientos y pico mil habitantes...

...Y luego está la Jaén que se pone Jabalcuz y Almadén por montera y que no tiene horas, ni las pide, que arriesga y tiene pesadillas, pero que sin adrenalina no podría vivir. De esa Jaén les hablo hoy porque ahora todo es modernidad y tecnología, todos nos apuntamos al carro de tener lo último, lo más nuevo (no tiene por qué ser lo más caro) pero ellos, en masculino de momento, hubo un día muy lejano, allá por los años 80 y 90, que apostaron por un mundo nuevo al que ahora llaman el de las autopistas de la comunicación y que tiene a la nuevas tecnologías como escaparate visible de una trastienda llena de noches de insomnio y cuentas bancarias en números rojos un mes detrás de otro. Rindo tributo hoy a quienes como Pedro Cruz y Sebastián Moya o José Torres crearon de la nada una empresa puntera en Andalucía y en España (y no se van de aquí, conste) y a quienes luego se fueron sumando a ese mundo de empresarios adelantados a su tiempo como Juan Afán, Fulgencio Meseguer, Juan José Prieto y Jesús Pegalajar o Antonio Serrano. Gracias por seguir la senda de la aventura diaria y por no dejar nunca de luchar por una bandera, la de Jaén, que a veces quienes vivimos aquí la dejamos de lado, en el furgón de cola.