Enseñar con el ejemplo

Últimamente se está hablando mucho sobre la utilidad de los teléfonos móviles y sus aplicaciones en la educación y enseñanza de nuestros menores: si se deberían prohibir en las aulas y en los recreos de los colegios de primaria y secundaria. Algunas comunidades autónomas han llegado a un acuerdo con las asociaciones de padres y madres de alumnos y han puesto sobre la mesa distintas y variopintas medidas que aunque todas de muy buena fe, ninguna de ellas resuelve a gusto de todos este no minúsculo dilema. Hace unos años en California que es donde residen las cabezas pensantes que han dado vida y multiplicado las redes sociales y todos sus entramados digitales, también tuvieron este “problemilla” en sus centros de enseñanza y su respuesta fue prohibir el uso de móviles en los recintos escolares para menores de doce años. Esta decisión fue tomada exclusivamente por los padres y madres de los alumnos, y no ha supuesto inconveniente alguno para que en su momento sus hijos formaran parte del mundo digital en el que vivimos. El uso y abuso de las pantallas es perjudicial para la salud de todos, y los mayores deberíamos dar ejemplo actuando con moderación.