En Jaén
se llaman tallos

07 mar 2018 / 09:11 H.

El lenguaje en Jaén tiene sello propio, y otro parecido con él es pura ficción. Cazoletero, insonrible, sostrazo, churretero, churrete, venacapacá, subir pa’rriba y baja pa’bajo son vocablos y frases que fuera de la capital no las entienden porque no saben lo que significan. El ejemplo lo tenemos con tallo, esta masa con levadura y sal frita con aceite de oliva que nos deleita cuando el sol recién ha asomado sus barbas doradas. Talleros como Segunda y la Quica (esta “inventó” el tallo de patata) dieron fama a este desayuno mañanero, pues unos tallos bañados en chocolate resucitan a un muerto. Churro o tejeringo son vocablos que invadieron la vasta parcela de nuestro singular lenguaje, ya digo que único. Llevo varios años, más los que me queden, pero paciencia tengo como Job, intentando agrupar, por orden alfabético nuestras singulares frases y vocablos, porque pienso que nuestra cultura hablada no debe quedar en el baúl de los objetos perdidos. Por supuesto. La palabra tallo la recogeré en este libro con merecidos honores.