En boquita cerrada

22 mar 2018 / 09:12 H.

Me anima bastante el pensar que, tal vez, en este próximo verano —si es que llega alguna vez— no tengamos esas molestas, cansinas y desesperantes nubes de moscas que no solo invaden la casa, sino hasta el plato de la sopa. Digo esto porque si los políticos siguen abriendo la boca para decir incongruencias y gilipolleces no solo se las van a tragar todas, sino que, si siguen hablando, faltarán moscas este verano. Por lo visto desconocen, además de muchas otras cosas, aquella de que en boquita cerrada no entran moscas, y la abren continuamente sin ton ni son. ¿De verdad son tan torpes o es que en política se exige que lo parezcan para no desentonar los unos de los otros? Hay que ver la claridad de ideas que viene demostrando Celia Villalobos cuando habla sobre las pensiones. Claro que, sobre el tema de las pensiones, todos parecen iluminados a la baja. Pocas luces deben pagar a Endesa.

Pedro Sánchez también se ha dejado notar al sugerir que, para solidarizarse con los jubilados, a los diputados solo se les suba el sueldo en el futuro el 0,25% . Pues mucha subida se nos figura esa, señor Sánchez. Hubiera quedado mejor si hubiese sugerido que se suprima la mitad de diputados y que esa mitad se rebajara del sueldo un buen pellizco. Otro que no ha podido mantener la boca cerrada y se ha añadido a este trabalenguas disparatado ha sido Luis María Linde, gobernador del Banco de España, quien, para calmar, sugerir ideas e infundir esperanzas a los jubilados, les ha recordado que un buen tanto por ciento de ellos tienen una vivienda en propiedad y esa ventaja les puede ayudar bastante para que la pensión les llegue a fin de mes. O sea, que sugiere que ese pisito que un jubilado pudo pagar con mil fatigas durante toda su vida, lo venda para poder seguir tirando. Y esto lo dice un señor que cobra 12.600 euros al mes, una cantidad que muchos jubilados no perciben en un año. ¿No estaría mejor callado, seguir disfrutando de su pingüe paga en silencio sin levantar ampollas en el personal? El problema de las pensiones de los jubilados va para largo y seguiremos escuchando, viendo y palpando la falta de disposición de los políticos para tratar de ponerle remedio. Puede que Montoro siga ofreciendo sus ya famosas zanahorias preelectorales. Pero como no se espabilen, la zanahoria de la subida de las pensiones se les puede convertir en un pepino muy amargo.