El tranvía que ya mismo llega

En febrero habrá rifirrafes sonados a cuentas del tranvía, pero serán los últimos >> La voluntad del alcalde es que eche a andar con el mínimo coste municipal, la voluntad de la Junta es que sea una realidad y se va a mojar >> Jaén está de enhorabuena

04 feb 2018 / 11:29 H.

Hay futuro inmediato para el tranvía, ya no es una quimera achicharrada por una machada política del anterior alcalde. Retirado del primer plano municipal, centrado en Madrid, aunque con perfecto estado de conocimiento de la realidad no hay entorpecimiento aparente, no puede haberlo. Entre otras cosas, porque la Junta va a dar el paso y asume todo lo que tenga que asumir. Asistimos pues a los últimos escarceos, los estertores de una larga, soporífera y áspera batalla. Hasta la Justicia colocó en vía muerta el propio bien ciudadano a expensas del particularísimo interés de una empresa. Una ciudad pequeña y altamente contaminada por su especial fisonomía urbana se convertirá muy pronto en adalid europeo del transporte sostenible, miles de coches serán retirados de las calles y los pueblos vendrán de papeles con otro ánimo. Estos últimos días han sido especialmente significativos, lo mismo se rompían las negociaciones que se hablaban de reuniones imaginarias, contaminación política y globos sonda para que el pliego del convenio quede más redondo. Hay tranvía, ya mismo llega a su definitiva primera y permanente estación de servicio ciudadano. El consejero de Fomento, jiennense además, tiene órdenes concretas, acelerar el proceso desbrozando un camino que ya no tiene retorno. No habrá ultimátum, como se pensó en un momento, porque la voluntad de la Junta de Andalucía es firme, compromiso fehaciente en su realización, cuando no había en otras ciudades, salvo Sevilla, y el empujón definitivo ahora para su puesta en marcha con un convenio claramente ventajoso para el Ayuntamiento, con un invitado de excepción que aporta su guinda, el ayuntamiento de los ayuntamientos, la Diputación. Se valora en estos momentos un anuncio al nivel que se merece una infraestructura que cambiará la fisonomía y el modelo de ciudad, para lo que obviamente también tendrá que haber acuerdo formal. Quedémonos, pese a todos los peros finales que vendrán, con una realidad incontestable, el tranvía está llegando, ya no será deseo ni locura.