El tito Adri

27 nov 2018 / 09:01 H.

En las décadas de los 60, 70 y 80 era fácil encontrarse con Adriano Serrano Ramírez por nuestras calles. Era un joven dinámico, activo, incansable, de buen talante, abierto y afectuoso. Su primer oficio fue en los Almacenes Avenida, pero en 1958, su padre se quedó con la taberna La Manchega y allí que se fue Adri para ayudar a su hermano mayor, Pepe, que aún continúa al frente de aquella típica y popular taberna junto al Arco del Consuelo. Adri —así era llamado familiarmente por todos sus amigos— pasó después a regentar el Restaurante Monterrey, justo enfrente de La Manchega. Fue allí donde desarrolló toda su energía profesional dándole un ambiente muy popular. Era un lugar acogedor en el Jaén antiguo, y Adri se desvivía en atender a su numerosa clientela, creo que todos amigos, porque él sabía ganarse la amistad de las gentes. Aquel local fue lugar de encuentro de artistas, flamencos, jugadores de fútbol y toreros, actividades de las que Adriano era un gran aficionado. Fue allí donde se fundó la Peña Flamenca de Jaén, de la que Adriano tenía el carné de socio fundador número 1. Las reuniones con comidas o cenas incluidas eran incesantes. En más de una participé yo invitado por mi condición de periodista. Esta vocación fue la que llevó a Adriano —ya conocido popularmente como tito Adri— a ampliar su campo laboral, dedicándose a servir comidas y cenas en las ferias. Tuvo a su cargo la caseta de la Peña Flamenca de Jaén y la del Condestable, en la que ofreció actuaciones de grandes artistas como Isabel Pantoja, Camilo Sesto, Mari Trini y otros muchos famosos más. Este trabajo le hizo dejar el mesón Monterrey. Esta actividad lo obligó a ausentarse a menudo de nuestra ciudad. Lo fui perdiendo de vista. Ya no le veía por nuestras calles ni en el viejo Estadio de la Victoria, porque el tito Adri fue siempre un incondicional seguidor del Real Jaén. Hace algún tiempo alguien me dijo que la enfermedad le había hecho presa y que estaba en una residencia. Yo ya vivía en Puente Tablas y es aquí donde una amiga común me dijo que Adri había fallecido la noche del pasado martes. Una noticia muy triste para todos los que tuvimos la suerte de conocerle y compartir con él su alegría, su buen humor, sus ganas de vivir. No conozco a sus hijos, pero que sepan que comparto su dolor y mando un afectuoso abrazo a ellos y a su hermano Pepe.