El tiempo vuela

30 abr 2018 / 08:22 H.

No sé si serán cosas de la edad, pero se me figura que el tiempo pasa volando. Abril ha pasado en un suspiro. Quizás sea porque suceden tantos acontecimientos al día que no nos dejan tiempo ni para mirar el reloj. Se nos va la mayoría de las horas y el día viendo y leyendo las noticias de la televisión y de la prensa escrita y, el resto, hablando de ellas. Y es curioso porque estas noticias suelen tener casi siempre idéntico contenido y por tanto las conversaciones no pueden ser muy diferentes. Pero a pesar de la abundancia no nos aburre la monotonía de los temas que siempre suelen terminar con la misma expresión concluyente sobre la mayoría de los protagonistas: qué sinvergüenzas son. Hay que ver el juego que dan las ventajas de la libertad de expresión, que es una cosa, y la libertad de meter la mano en el cajón, que es otra, aunque suelen caminar juntas, porque cuando se comete un abuso, la libertad de expresión lo pregona a los cuatro vientos.

Lo que nos sobrepasa es el ritmo tan acelerado con que surgen las corruptelas por estos pagos patrios. No nos dan tiempo a digerirlas, a debatirlas ni a intentar de comprenderlas. Cuando salta del cubo de la basura un nombre, de momento surge otro que nos hace olvidar al anterior. Ya casi nadie habla de Iñaki Urdangarín, Luis Bárcenas, ni tan siquiera de Granados ni González y apenas se recuerda el tema de los ERE. Hasta Puigdemont se va alejando de la memoria. Y estos olvidos no son convenientes para la salud del país. Ahora está en primera página Cristina Cifuentes. ¡Qué desencanto! Pero no se preocupen, destapados los trapos sucios de la Cifuentes, no tardará mucho tiempo en que nos proporcionen otro nombre, además del de la dichosa “manada”, para seguir alimentando las tertulias y seguir debilitando la caja nacional. Con este vendaval de noticias y tener que hacer frente a los recibos de la hipoteca y de la luz cómo no van a correr los meses. Ahora nos llega mayo, un mes que puede hacernos cambiar de tema de conversación para que solo hablemos de fútbol. Por un lado, si el Real Jaén consigue meterse en el “play-off” y, por otro, de mayor ámbito nacional, si Zidane logra meter al Real Madrid en la final de la Champions. Y la tiene bastante a mano. Y no digo nada si consigue ganarla una vez más. Para los madridistas y para otros muchos españoles, mayo se pasaría también en un soplo.