El sonido “Marfil”

14 ene 2018 / 11:30 H.

Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra y viva el Niño de Dios que ha nacido en Nochebuena”... así dice el villancico popular que aún parece escucharse por nuestras calles, esas que aún conservan la decoración navideña. Pero no solo se oye ese rumor. Como cada año, el Darymelia ha acogido el Concierto “Estrella de Oriente” organizado con esfuerzo y entrega por el grupo joven “Piedad y Estrella”. Poco hay que añadir de ellos ya que esta ha sido la décima edición, señal inequívoca del empeño que demuestran en acercar la música a quienes sabemos disfrutarla.

En esta ocasión, y no es la primera, les acompañaban los chavales de la agrupación Musical “José Manuel Pérez Marfil” de Villargordo. Toda una explosión de sones que van más allá del sonido “banda” para adentrarse en ese sendero que logra sumergirnos en el universo de los sentimientos más íntimos, de los sueños anhelados e incluso del recuerdo de aquel tiempo en que fuimos niños.

Si en la historia de la música hay movimientos como el “sonido Motown” —esa entrañable mezcla de Soul y Godspell— me atrevo a bautizar los arreglos que el director de la agrupación, José Manuel Pérez González, siguiendo la estela de su padre, el fundador que da nombre al grupo, como “Sonido Marfil”, ese “The Ivory Sound” que dirían los djs si esta música popular apareciera en los top de las radiofórmulas. Hay algo especial en las notas de estos chavales que, hace años, decidieron acudir a la llamada de “Manolo, el del taller” para empaparse de esa música que les atraía y para la que no encontraban salida. El esfuerzo titánico de José Manuel Pérez Marfil por hacer florecer en aquellos muchachos y muchachas el espíritu de la música ha dado como resultado este “sonido” particular que sobrepasa lo habitual para unir canciones tradicionales, bandas sonoras o música popular con mezclas contemporáneas y creaciones personales que son, sin duda alguna, llamadas al futuro que les espera. Los comienzos fueron duros. Sin casi tiempo ni local de ensayos pero llenos de ilusión. Sin apoyos pero con esperanza. La misma confianza que Manolo tenía en su obra y que estaba basada en la afición que su padre, José Pérez Escabias, supo transmitirle en su día.

Hoy, la tercera generación está al frente de ese “Sonido Marfil” que puede transportarnos desde las aventuras del último hit cinematográfico a la pista de baile de la discoteca más puntera sin olvidar el toque romántico de las veladas festivas o el íntimo rasgueo que te hace cerrar los ojos y soñar. Lástima que la música en este formato no esté en los circuitos habituales de espectáculos. Deberíamos tomar medidas y sacar del anonimato a estas verdaderas joyas musicales. ¿Nos apuntamos?