El sistema andaluz

Las peculiaridades del llamado régimen político establecido en Andalucía hace 40 años es objeto continuo de análisis. La pregunta a la que debería responder inquiriría el porqué una región secularmente atrasada en tiempos del caciquismo agrícola y con escasa implantación industrial y de servicios ha progresado mínimamente en esos cuarenta años a pesar de ser gobernada ininterrumpidamente por el partido hegemónico de la izquierda española. A estas alturas los mayores índices de paro, baja sanidad, deficiente sistema educativo, menor renta e infraestructuras escasas en comunicaciones nos llevan a un interrogante. ¿Por qué ganan siempre los mismos? Piensan muchos que es una estrategia planificada que alimentan llamando conformistas a los andaluces y que, para ello, se creó un sistema de amparo y subsidios agrarios en el ámbito rural y otro para simpatizantes a los que incluye en puestos de diversa índole en los ámbitos urbanos o en empresas amparadas y subvencionadas o en las propias administraciones. De ahí el interesado argumento del voto cautivo y el sistema clientelar. Para mí es tan sencillo como confirmar la pragmática inteligencia de muchos paisanos a la hora de votar haciendo valer el socorrido más vale conocido.