El primo de Zumosol

    25 oct 2023 / 09:21 H.
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    Ya casi se hemos olvidado aquellos años de angustia de la pandemia. Encarcelado en tu casa podías salir a comprar, o, si tenías un perro, a cien metros alrededor de tu domicilio. Las secuelas de este encierro, necesario, no han sido sólo derivadas de la enfermedad, sino más de carácter mental por miedos y hábitos nuevos. No nos fiábamos del vecino, del amigo, hasta de la propia familia, por la posibilidad de contraer el terrible virus. Han sido dos años duros y uno más para intentar volver progresivamente a la situación anterior. Difícil de asumir para un ser humano acostumbrado a vivir con una cierta libertad. Pues, imaginemos que unos individuos llegan a tu casa y con malos modos te empujan hacia el sótano y vives apenas sin aire, sin luz y teniendo que pedir permiso al de arriba para todo. Que el vecino, en lugar de ser empático, porque antes él ha sufrido cosas terribles, se comporta como otros lo hicieran con él mismo. Así durante décadas. Te pueden apagar la luz, cortar el agua, dejarte sin alimentos ¿Cuál sería tu reacción a lo largo del tiempo? ¿Aparecería el animal que llevamos dentro? De la angustia al miedo, de la impotencia al odio y, quizás, a la maldad. Juzguen si aceptarían, entonces, la ayuda del primo de Zumosol, sin mirar si es humana o desmedida... Aunque, desde fuera, no se justifique.

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