El poder del fútbol

01 jul 2018 / 11:15 H.

Viendo en televisión el Brasil-Serbia, echo la vista atrás y recuerdo mi primer Mundial de fútbol como espectador: Argentina 78. Por vez primera, iba a ver a la selección española en un Mundial. Una España en la que jugaba Miguel Ángel, uno de mis ídolos, junto a Santillana, Juanito, Asensi, Pirri o Cardeñosa. Recuerdo mejor aquellos tres partidos de España, que los que jugó en el último Mundial o en el penúltimo, en el que se proclamó campeona del Mundo. Me quedó en la retina, aquel ambiente de papelillos que inundaba los estadios argentinos cada vez que su selección jugaba, la presencia del dictador Videla en el palco y los goles de Kempes. Años más tarde, supimos como se escuchaban los disparos de los militares fuera de los estadios ejecutando a personas. El fútbol es un deporte, un espectáculo hecho por y para los seres humanos, y en el que lo importante son los once jugadores que son utilizados por los niños que los imitan en sus gestos o por los adultos que los utilizan en sus victorias y las hacen suyas para callar las bocas del pueblo que olvida sus miserias y problemas creyendo por momentos que estas victorias o derrotas son tan propias como de ellos.