El paraje de Jabalcuz olvidado

    05 oct 2021 / 17:27 H.
    Ver comentarios

    Con motivo de la erupción del volcán Cumbre Vieja, de La Palma, copando todos los medios informativos y redes sociales de los últimos días, no he podido evitar traer a mi memoria recuerdos del paraje de Jabalcuz, donde cuenta, una antigua leyenda urbana, que podría encontrarse un volcán, pero que, según expertos, ello no es cierto. Y, en ese ejercicio memorístico comparativo andaba yo, cuando sentí curiosidad por actualizarme en cuanto a la situación actual de la recuperación para nuestra ciudad, de estas termas, en particular, y de toda esa zona, en general. Ya saben que, cada cierto tiempo las fuerzas políticas de Jaén deciden retomar este tema, especialmente, cuando se aproximan campañas electorales, para volver a dejarlo abandonado, inmediatamente después de concluir las elecciones en cuestión. Sí recordaba que el conjunto termal de Jabalcuz habían sido objeto de cesión de la Junta de Andalucía a nuestro Ayuntamiento, allá por el año 2009, para, posteriormente, en el mandato de 2011 a 2015, ser devuelto a la administración autonómica, ante la quiebra de la corporación local, alegando que era una cesión envenenada y que su rehabilitación requería una inversión cuantiosa a la que el Ayuntamiento no estaba en condiciones de realizar. El caso es que el asunto se encuentra paralizado. Y mientras parece echarse a suertes quien le pone el cascabel al gato, el único balneario urbano de toda Andalucía, que data del siglo XVII y que está inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, sigue abandonado, y en caída libre, rodeado de denuncias ante fiscalía, escombros y despropósitos urbanísticos que conllevan una falta de aprovechamiento de los recursos medioambientales y económicos de nuestra ciudad, que tan bien vendría para nuestra proyección turística. Una verdadera lástima la inacción política en este paraje natural. Después nos vendrán con el cuento de que en Jaén no hay nada atractivo que vender, lo que les servirá de excusa para no destinar fondos públicos en líneas ferroviarias, ni otras inversiones. La pescadilla que se muerde la cola.

    Articulistas