El jamón indultado

31 mar 2016 / 17:00 H.

Esta leyenda, realmente divertida, tiene su origen en la permanencia, durante un siglo, de un jamón que fuera indultado por su primer propietario en la centenaria tasca de El Gorrión. Cuentan que la tasca fue visitada hace unos cien años por una princesa rusa que venía huyendo camino de Gibraltar, llegaron a la tasca solicitando un lugar apartado y privado donde pudieran descansar y reponer fuerzas. El mesonero los mandó al sótano de la Tasca El Gorrión, donde tenía colgadas piezas de la matanza y entre ellas, varios jamones. Fue así como la princesa rusa, sentada bajo uno de los jamones, recibió, justo en la ropa que cubría su pecho, una pringosa gota de grasa y el amable dueño de la tasca, fue presto a limpiársela. Y de ahí, cuentan, surgió un romance con el mesonero, que infinitamente agradecido al grasiento jamón lo indultó de por vida y ahí luce palmito, en la Tasca El Gorrión, como si de una reliquia se tratara. Se visita el jamón incorrupto mientras, se paladean otros jamones serranos de la tierra acompañados de buen vino sin que, a nadie, le quite el apetito la pieza en cuestión.