El fuego que nos para

07 ago 2017 / 10:56 H.

Y de pronto llegó. Sin avisar. De improviso. Y revolucionó mi alma y me dejé aprender. Hay personas maravillosas que llegan a tu vida para modificar tu actitud, y así lo hizo. Vistió de luz los miedos y me enseñó a arriesgar para lograr. Busqué en mi interior la fuerza que me dijo que tenía escondida y apagada, y la encontré.

Así es como la vida pega un giro, con un cambio inmediato de actitud. Y mientras nuestra sierra arde en un terrible delirio que lloraremos durante años y años, aumentan mis ganas de huir allí. Porque los sueños de paz y naturaleza no dejan de crecer en mi mente. La libertad de luchar por un paraje que tranquilice mi piel, mi alma, que deje volar mi locura.

Ver la vida pasar sin hacer nada, acomodarse a lo que uno tiene, te haga feliz o no, ya no es una opción. Si hay que apagar fuegos, reales o mentales; no podemos permitir que las llamas de nuestra sierra nos quiten las ganas de volver a ella. Porque hay que buscar la felicidad, solo la felicidad, lo demás ya vendrá. Recuperar el verde de Segura y hallar nuestra alma limpia y sonriente.

Porque lo aprendí de ti. Porque la vida es lo que nos hace sonreír y no morir sentados.