El foco apunta a Jaén

09 dic 2017 / 11:31 H.

La hucha de las pensiones, en forma de famélico cerdito, se desangra. La chacinería del Gobierno solo permite una ración de chorizo para pagar la extra de Navidad a los jubilados. El bocado se cifra en 3.600 millones de euros y deja tocado el Fondo de Reserva, al que ya se le ve el suelo, negro. Solo quedan 8.000 millones. En menos de lo que canta un gallo comenzará otra sutil campaña para que contratemos planes de pensiones privados. Esos que se desglosan en las declaraciones de ingresos de nuestros políticos que son, en sí mismas, una puñalada a la confianza del sistema público, al que se defiende con la boca pequeña y se completa de forma privada. Trampea el Ejecutivo con la necesidad de llegar a fin de año, al mismo tiempo que los jornaleros conjugan frío y cuentas para saber cómo se presentara el próximo ejercicio fiscal de 2018, es un decir. Es el milagro económico de la aceituna, con sus rutinas y sus jornales contados. En el horizonte, otra vez, la incertidumbre económica de la Política Agraria Comunitaria que quizá, en esta ocasión, haya que tomarla en serio. En 2013 también se esperaba un hachazo histórico de la Unión Europea y, finalmente, se esquivó. Esta es la fotografía del momento que no difiere mucho en lo que al marco jiennense se refiere de otras décadas. Sin embargo algo se mueve entre esos olivares, vientos del pueblo. Como si los renglones nada torcidos de Miguel Hernández, al final, hubieran calado en esta tierra. “Jaén merece más” vuelve a convocar a los jiennenses el 17, a las 12, para preguntarnos, en voz alta, qué queremos ser de mayores.

Una conciencia ciudadana hastiada de agravios, cansada de ser argumento reivindicativo, destinataria de promesas recurrentes. Ese movimiento sordo tiene muchas voces y otras tantas manos. El eco llega a las instituciones y así se interpreta, de momento, la presencia política en la “Cumbre de La Catedral” o la institucional de la Junta de Andalucía en la agenda provincial, un goteo incesante de consejeros, coronado con la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en la inauguración de la exposición del poeta. Dando por hecho que existían citas programadas en el calendario, también da la impresión de que Jaén está en el foco o alguien tiene la mosca detrás de la oreja. Cuestión distinta es si, en esta ocasión, sacaremos tajada inversora de primera, tan llamativa ella que no sea ni necesario provincializarla. Con respecto al Gobierno central, cualquiera diría que tiene a la provincia como terreno en barbecho, a la espera de no se sabe qué. No se puede sacar pecho con cambios de titularidad pública y partidas de mantenimiento. En este sentido es difícil dejarse caer por el Santo Reino con partidas guadianescas que aparecen y desaparecen como teleplastias de Bélmez. Con todos los respetos para los creyentes. Las obras del tren son el paradigma del olvido en todos los sentidos. Fantasmagórico él.

Pero la agenda manda, y si el tiempo no lo impide, el Museo Íbero se inaugurará el próximo lunes. Se coronará, de esta forma, la obra cultural más importante en la historia reciente de la provincia. Ni más ni menos. Llamada a ser bandera de una cultura de la que hemos aprendido a lo largo de estos años por la vocación didáctica y la paciencia de estudiosos como Arturo Ruiz y Manuel Molinos, entre otros. Contaban con un terreno salpicado de vestigios únicos y supieron dotarlo del andamiaje intelectual necesario para que Jaén sea estación obligada de paso para conocer este mundo. Siguiendo sus pasos una Asociación de Amigos de los Iberos, con la incombustible Pilar Palazón como presidenta, que en 1997 sumó voces para mantener viva una llama del museo que, por momentos, el terrible aire de Jaén hizo peligrar. El lunes, con el Rey presente, cada uno tendrá que asignar su papel en “La dama, el príncipe, el héroe y la diosa”. Pero eso será otra historia.