El fango del caos

    17 jul 2023 / 08:54 H.
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    Hace tiempo, un amigo francés me decía que su sociedad estaba enferma. Años después, otro francés, que conocía distintos países europeos, me comentaba que no solo era la sociedad francesa, sino que la enferma era gran parte de Europa. Traigo esto a colación por las revueltas desproporcionadas que últimamente invaden Francia. El problema, y vuelvo al principio, está en el tipo de sociedad que se ha ido creando en las últimas décadas en nuestro continente, una sociedad que ya casi no piensa en sus raíces cristianas, que son la base de nuestros valores; una sociedad que, poco a poco, se está volviendo al concepto romano precristiano, el de la Roma técnicamente avanzada pero de costumbres asalvajadas. Qué más debo decir, más allá de que es urgente recuperar la conciencia del temor de Dios, para que no todo valga. Si no recobramos la noción cristiana de la vida, desde dónde se ve lo que está bien y lo que está mal, y que existe por ello un premio y un castigo, ese péndulo del que se habla de que “son ciclos” se va a romper para caer en el fango del caos. Decía San Agustín, que era un descreído antes de conocer a Dios: “La soberbia hace su voluntad, la humildad hace la voluntad de Dios”.

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