El “desarte”

26 ene 2019 / 10:47 H.

La capacidad de afear las cosas en esta ciudad es directamente proporcional al talento de sus gobernantes. Esta manera de desnaturalizar los sitios chulos e históricos por la cara no tiene parangón. Supongo que será, como siempre, una mezcla de mal gusto y de quedar bien con los suyos, y el que venga detrás que arree. Pero van a tener que arrear con una carga de leña podrida, que costará Dios y ayuda, si es que tuviera arreglo. Bajo el lema que puso de moda en otros tiempos Alfonso Guerra, no la va a conocer ni la madre que la parió. ¿En qué ha quedado la Plaza del Deán Mazas? Pues en otro adefesio infumable, sin vegetación, sin los bancos originales... Solo es un solar diáfano para que los bares de la zona instalen sus veladores, estufas y demás cacharrería correspondiente, para satisfacer este furor terracero que nos ha invadido. ¿Y el concepto de plaza pública dónde queda? ¿Dónde se puede uno instalar sin consumir en un espacio destinado originalmente para el disfrute de sus ciudadanos y visitantes? ¿Y lo hecho en la Plaza del Rosales, y en la de Coca de la Piñera? Podríamos decir que es un desastre, también que es un “desarte”.