El cuerpo

14 dic 2018 / 11:52 H.

Lo fueron envolviendo, aunque el velo era de film transparente, pesaba, eran demasiadas capas, solo buscaban el cambio no radical pero sí matizar la base. Cada quién tiene su sitio, y cada sitio toma forma, calor y color con cada quién. El estereotipo de la mujer en esta sociedad misógina es el cuerpo, parece que la perfección que nos da la vida como individuo la quieren diluir con la supremacía del alma, siendo ésta adjudicada por los pitagoristas al ente masculino, y para constatar esta pesada “losa”, las campañas publicitarias en televisión utilizan imágenes sexistas para vender. El cuerpo vende. Parece ser que aprender a esconderse es imprescindible, es insoportable no haber aprendido a jugar bien al escondite y que la inocencia de un ser, de una niña, desaparezca cuando hay conciencia en la sociedad de que se ha transformado en un cuerpo. Es justo a partir de este punto de inflexión cuando los ojos del márketing capitalizan el cuerpo y comienzan a utilizarlo, envolviéndolo con un velo transparente e inseguro que desprotege su fragilidad, por el cual traspasará la luz y lo iluminará durante el tiempo ínfimo que genera todo el movimiento del deseo, hasta que éste es consumado.