El corazón “partío”

29 ene 2018 / 08:56 H.

La alineación de los astros brilla por su ausencia en Linares. Si mal está el Partido Popular en la capitalina calle de San Clemente, peor está el Partido Socialista en la linarense Pedro Poveda. O viceversa. Las desavenencias entre el alcalde, Juan Fernández, con un buen puñado de concejales de su equipo y el aparato en sí tienen rota la paz en el seno de una organización que apostó, a finales del año pasado, por un cambio generacional. No es nueva la confrontación política que vive la familia socialista. Sí es una novedad el movimiento de ediles que antes estaban totalmente aliados con el máximo dirigente municipal de la ciudad y que, ahora, le dan la espalda. Son, la mayoría, sus discípulos, linarenses que están en política porque forman parte del elenco de fichajes de Juan Fernández, recopilado a lo largo de los diecinueve años que lleva con el bastón de mando en la mano.

Para los ajenos a la materia, hay dos “barcos” bien diferenciados en el socialismo de la ciudad de las Minas. Uno está guiado por el alcalde, quien gobierna en minoría después de conseguir diez escaños en las últimas elecciones municipales. Otro está capitaneado por el parlamentario Daniel Campos, elegido nuevo secretario general del Partido Socialista en Linares. Él representa el cambio que está por llegar y, si no se tuerce la cosa, será quien concurra como cabeza de lista a la Alcaldía en los próximos comicios. Respaldado por la dirección provincial de Francisco Reyes, apoyado en la vicepresidenta de la Diputación, Pilar Parra, arropado por la delegada del Gobierno, Ana Cobo, y amparado en la senadora Laura Berja, el diputado andaluz pisa fuerte en el terreno municipal. Ya tiene seis concejales bajo su “manto” y pronto habrá otra más. El exalcalde Manuel Rodríguez Méndez acompaña de cerca a un barco que, al menos, tiene apariencia de ir con rumbo fijo.

Las fuentes consultadas aseguran que Juan Fernández viaja a la deriva por alta mar. Tiene dos ediles acérrimos, una de ellas declarada abiertamente “sanchista” y una tercera cuyos ánimos flaquean. El exalcalde Alfredo Catalán custodia la marcha de un capitán a quien otros pretenden manejar. Misión imposible. ¿Qué fue lo que partió en dos el corazón de los socialistas linarenses? No hay una sola frase que pueda dar respuesta a tan difícil pregunta, pero lo cierto es que la explosión tuvo lugar cuando el alcalde tomó la decisión de retirar las competencias municipales a Luis Moya y a Pilar Parra. Lo que ocurrió fue que sirvió en bandeja una estrategia que el Partido Socialista, al que todavía pertenece, seguirá hasta el final. La hoja de ruta empezó con la eliminación de la portavocía en el grupo municipal y terminará, si no fallan los pronósticos, con un expediente de expulsión. Los rivales políticos de Juan Fernández, los del puño y la rosa, están convencidos de que incumplir las normas tiene un precio y que él está abocado a pagarlo. Lo difícil llegará después. Conseguir la estabilidad en el equipo de Gobierno será harto difícil. No habrá moción de censura que pueda unir las dos piezas de un corazón “partío”.